domingo, 21 de febrero de 2010

Única flor en un desierto

(amarse igual, poema 42)

Única flor en un desierto
Única flor único tiesto
en balcón único.
Única flor en el jarrón
de la única mesa.

Así única y magnífica en tu género
te alzas del suelo cada día.
Sueño ilusión que el despertador no rompe.
Sueño hacia el que apunta con su toque de alarma
el tantas veces odiado despertador.

No hace falta regar aceras
ni depositar alfombras a tu paso
para que crezcas como las amapolas
derramando sencillos mayestáticos labios
sobre asombradas piedras.

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