jueves, 18 de febrero de 2010

No podemos construir el Cielo

No podemos construir el Cielo,
ya que sí orgasmos que a nada conducen.
¿Cómo no encerrarnos en nosotros
los que buscamos lo contrario,
que sí lleven a algo los órganos funciones;
estamos acaso en nuestro medio?
Vuestro es el mundo desde el principio,
¿habéis abierto alguna puerta?
La fuerza sexual hecha para preservar genes
sigue empleada para lo mismo
y me temo que ahí involucionará
en vez de subirse a los anchos balcones
de estar enamorado,
así el alma encantada por esa fuerza,
o a las estrechas cumbres de lo igual
para ver si desde allí se dominasen mundos,
mundos que obedecen al amor
como escribiese el Dante
y son capaces de parar en el cielo
las estrellas de Schwarzschild,
sin agujero negro que te devore
sino fontana blanca de la que manes
te envuelva
con una Nueva Ciencia
un verdadero Stil Nuovo,
un ya Otro Mundo.
¡Y están en éste
y la penuria de orgasmos
no los descubría!