lunes, 15 de febrero de 2010

Tú misma

Tú misma
Te imagino palideciendo de sorpresa
con mi carta en las manos
y no pasando más a recoger las noticias del día,
pues menudo notición te ha dado
la que al parecer vendía
la basura que vomitan otros.
Te imagino por primera vez sabiéndolo,
lo que cada mañana intuías,
que ahí estaba quien te aguardaba
como su sol de cada día
depositando sonrisas
rayos de su presencia
entibiando los helados amaneceres
que enrojecían sus mejillas.
Soles así cuántas desdichas calentasen
deshaciéndolas.
Soles así….

En fin, pasaste,
pasaste más a recoger las noticias del día
y a calentar más dentro.
¡Y témpano te decías!,
riéndote,
cómo pude imaginarte
sol lamiendo yelo alguno,
si tú así te sentías
y no por los madrugones
sino por tu entera vida.
Y yo, riéndome:
Pues yelo con yelo querida,
qué mejor para calentarse
qué mejor para derretirse
en la batalla de los profundos mares
que estas fricciones
a las que nos someten
los subacuáticos vaivenes
del agitado mundo.