sábado, 20 de febrero de 2010

Fumar es estar conectado

(amarse igual, poema 32)

Fumar es estar conectado
al cielo con sus nubes.
Es la forma más rápida de cosechar la muerte
sin molestar a otros
con historias de suicidios drogas
o vino que enrojece los sentidos.
Yo fumo porque quisiera descansar,
quiero morir
si es este sin ti todo lo que hay.
Fumo para nublar mi vista no con llanto.
¿Fumar hace fuertes?
Por lo menos callamos y tragamos humo.

Fumar es ascender por la espiral dorada
de los sueños nunca conseguidos
al descanso de los mismos
muerte consoladora.

Ya es triste tener que desear la muerte
un caudal tan enorme de poesía
como es el templo de un cerebro humano;
¡caudal de ciencia tan increíble
capaz de comprender y reconstruir mundos!
Día llegará en que así sea,
ya no impedido por la injusticia inhumana,
en que a partir de la nada
o luz que desprendiese todo lo vivo,
el hombre: la mujer recompondrá el Orbe,
cuando el sol y las demás estrellas
queden reducidos a cenizas.

Y recogiendo los desparramados rayos
como el labriego espigas,
un haz de luz coherente proyectarán sus manos
con todo lo vivo dentro,
todo lo vivo en su exacto lugar
lo vivido recolocándonos.
Lo vivido serás
y ello te recompone, te restituye.
Restituida al Amor del que se nos desterrara.
Devueltos a su odio.

Il sole e l’altri Stelle
Dante
La Fin Amors che muove

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