que hay en la vida.
Busca las emociones
y te encuentras
que cuanto corre
nada vuela
es lo que fue escrito
con pluma de Eclesiastés:
Vanidad
“La vanidad nos persigue hasta en
el lecho de la muerte. La soportamos con
entereza porque deseamos superar su terrible
grandeza y cautivar la admiración de
los espectadores”.
Santiago Ramón y Cajal, Charlas de café,